Esmaltes Cerámicos

¿Qué son los esmaltes cerámicos?

La principal aplicación de la frita cerámica es la fabricación de esmaltes cerámicos. Cuando los esmaltes son aplicados en la superficie de bizcochos cerámicos y después cocidos, confieren una capa impermeable, protectora y decorativa, proporcionando al azulejo su belleza y características técnicas específicas, como la impermeabilidad, la dureza y la resistencia al rayado, a los ácidos, a la abrasión y los detergentes, etc...

Entre la base arcillosa de la baldosa y el esmalte se coloca el engobe, superficie que facilita el acoplamiento de la base con el esmalte cerámico.

Existen diversas tipologías de esmaltes en función de su estado físico y forma de envasado. En su mayoría están compuestos por fritas, materias primas no fritadas, aditivos y colores cerámicos. Los aditivos son sustancias que se añaden con el fin de que el esmalte, una vez molturado, tenga la estabilidad y propiedades adecuadas a la aplicación a que se destine.

¿Cómo se fabrican?

En la preparación de esmaltes se pesan los componentes de forma individual y se juntan en un recipiente (en una tolva, una bolsa grande o un bidón). Una vez formuladas, las composiciones pueden enviarse como tales al cliente, ensacadas en forma sólida, o bien destinarse a un proceso de molturación húmeda obteniendo suspensiones acuosas de esmalte, resultado de someter una composición a un proceso de molturación con agua en molinos de bolas. A la suspensión que resulta se le denomina “barbotina”. También pueden molturarse en seco y utilizarse en una suspensión de agua y/o en seco para aplicaciones especiales.

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