Esmaltes

¿Qué son los esmaltes?

Los esmaltes generalmente incluyen en formulación una mezcla de fritas, pigmentos inorgánicos, materias primas, productos semielaborados y aditivos. Se suelen preparar en forma de suspensión acuosa que se aplica sobre el soporte (parte de la baldosa constituida por material arcilloso). Posteriormente, se somete a un proceso de cocción que da como resultado la baldosa cerámica con las propiedades finales deseadas, aportando elementos estéticos y decorativos al soporte sobre el que se ha aplicado.

Los esmaltes tienen una amplia variedad de usos y aplicaciones. Predominan los usos/aplicaciones cerámicas, pero también aportan un valor añadido en sectores como el de la construcción, automoción, decoración vidrio y superficies metálicas.

Se pueden diferenciar 3 tipos de esmaltes: esmaltes en base seca, esmaltes en base líquida y esmaltes micronizados.

Esmaltes

¿Cómo se producen?

En la preparación de los esmaltes en base seca destacan las etapas de dosificación y mezcla de los diferentes constituyentes, para su posterior envasado y almacenado

Los esmaltes en base líquida son el resultado de la molturación vía húmeda de los diferentes constituyentes. Se les conoce comúnmente como barbotinas. La proporción agua-sólido vendrá determinada, entre otros factores, por el tipo de aplicación al que este destinado el esmalte. La molturación se realiza generalmente empleando bolas de alúmina de alta densidad como elementos de mecanización; y el tiempo de molturación dependerá de las propiedades granulométricas deseadas, como de la reología de la barbotina obtenida.

Los esmaltes micronizados se obtienen a partir de los esmaltes en base líquida seguidos por un proceso de secado enérgico (generalmente turbo-secaderos; aunque opcionalmente también se pueden emplear atomizadores), obteniéndose de esta forma un material con un tamaño de partícula muy pequeño (D50 < 45 µm).

Esmaltes
Esquema de fabricación de Esmaltes Cerámicos